“Incluso quienes los eligieron, no eligieron estar viviendo situaciones tan difíciles como las que estamos viviendo hoy. Entiendo que puedan estar convencidos, pero también hay otras voces, hay otras miradas y hay una porción de la Argentina, de dirigentes políticos, que tienen otra mirada”, indicó la hija del ex gobernador cordobés José Manuel de la Sota.
La legisladora sostuvo, no obstante, que la única sorpresa puede pasar por la magnitud de la norma que propone debatir, pero que el fondo de la cuestión “ya había sido anticipado por el presidente Milei en su campaña”. “Creo que lo primero que encontramos es que no nos sorprende el fondo de lo que se está planteando. Es lo que La libertad Avanza y Javier Milei vienen señalando desde la campaña”, indicó.
Reclamo y valoración
La locuacidad y la muñeca legislativa de Miguel Pichetto, titular del bloque de HCF, lograron mantener en caja a la bancada que aportó votos fundamentales para la aprobación en general de la ley. Pero el incombustible parlamentario no es el único que se adjudica centralidad en ese resultado. El gobernador cordobés, Martín Llaryora, también reclama lo suyo. Instalado en Buenos Aires por una semana, fue y vino, llevó y trajo, y encabezó negociaciones clave junto a otros mandatarios provinciales para garantizar los votos de los cordobeses… salvo el de De la Sota.
“Valoro el esfuerzo del gobernador Llayora en su necesidad y afán de encontrar algún tipo de acuerdo, al igual que los gobernadores”, sostuvo De la Sota, quien negó algún tipo de rispidez con sus compañeros de bloque y comprovincianos por anticipar su voto negativo.
“Tengo que agradecerles porque respetaron mi posición. La veníamos discutiendo, tampoco es que esto se me ocurrió a mí. Habíamos pensado la posibilidad de tener un dictamen propio y luego se decidió acompañar otro. En mi caso, avalé el de (los socialistas santafesinos) Mónica Fein y Esteban Paulón y de Margarita Stolbizer”, señaló. “Tenemos una fuerza muy democrática. Pudimos hablarlo y se entendió que podemos tener matices y posiciones distintas sin ningún tipo de problema”, aclaró.
La negativa al voto fue anticipada por las redes por De la Sota, lo que generó incógnitas en torno a cómo caería la postura en el seno del partido cordobés, la base a partir de la cual Llaryora juega nacionalmente. Sin embargo, en los corrillos del Panal, la casa de gobierno provincial, se le bajó la espuma al tema al indicar que el jefe de gobierno mediterráneo estaba al tanto de la posición.
El Senado, ¿qué cantar?
La mención a Llaryora y el poder de fuego de los gobernadores abre el armario para lo que viene en el Senado. En la Cámara alta, el reparto de bancas cordobesas está dominado por Juntos por el Cambio, que en los comicios de 2021 arrasó en las urnas y permitió las llegadas de Luis Juez (Frente Cívico) y Carmen Álvarez Rivero (PRO). Por la minoría, el cordobesismo volvió al recinto de la mano de Alejandra Vigo. Con vuelo propio, la esposa del ex gobernador Juan Schiaretti fue una de las principales impulsoras del bloque Unión Federal a principios del año pasado, escisión que permitió que el Frente de Todos perdiera el quórum.
“Yo aspiro que en el Senado también tengamos la chance de debatir la ley y de recibir a todos los responsables de cada una de las áreas”, lanzó Vigo, abonando las versiones que dan cuenta de un nuevo llamado al ministro de Economía, Luis Caputo, a dar las explicaciones correspondientes.
“En el Senado, en su mayoría, estamos muy vinculados con los gobiernos provinciales en lo que hace a la gestión”, explicó Vigo sin querer adelantar un atisbo de su posición respecto de la ley de bases libertarias.