A 43 años de la guerra, la comitiva de 20 excombatientes de Corrientes empiezan a despedirse de las islas. Y comenzaron por el principio de su historia en este lugar: vieron la pista de aterrizaje donde pisaron por primera vez esta tierra tan querida. Luego, se maravillaron con una bella postal de pingüinos sobre blancos médanos en Yorke Bay.
Acá bajamos en 1982, fue nuestra llegada de Malvinas. No sé si se acuerdan, pero desde este lugar salimos caminando con todos nuestros equipos hasta la zona de la Casa del Gobernador, donde hicimos noche. ¿Se acuerdan, no?», insiste Ángel «Coqui» Flores, quien oficia de coordinador del viaje. Lo plantea mientras trata de mantener el equilibrio en medio del micro bamboleante y repleto de sus pares, los excombatientes.
El vehículo parece ir en cámara lenta cuando pasamos frente al aeropuerto original de las islas, el mismo que los recibió cuando llegaron para ser parte de un momento que cambiaría para siempre sus vidas: la guerra de Malvinas.
Los ojos de cada uno de los exsoldados no se despegan de las pantallas de sus celulares que sacan 10, 15, 50 fotos. Otros oprimen el botón rojo de «play» y va un video para la eternidad. Pero sobre todo para registrar su gran emoción pensando mentalmente en ese frío abril en blanco y negro que los vio pisar por primera vez suelo malvinense.
Así, la delegación de 20 excombatientes correntinos cumplió este Viernes Santo su sexto día de actividad plena en las islas y al día siguiente ya volverán al continente. ¿Cómo será esa segunda despedida? ¿Qué se traerán a casa? ¿Alivio? ¿Sanación?
Bueno, esas respuestas quedan para unos días más. Mientras tanto, el anteúltimo día en las islas dejó varias cosas: muchas sentidas, otras más coloridas. Sí, uno de los contrastes de la vida misma.
Recuerdos
En principio, estuvo lo del viejo aeropuerto, como se lo conoce. Después de una postergación en la agenda del día anterior emprendimos el camino hacia esa zona no muy lejana de la ciudad.
Pasamos lentamente con el colectivo y se pudo apreciar la pequeña estructura del hall de acceso y algunas obras que se están haciendo en el lugar, además de la reconstruida pista, hecha trizas por los bombardeos de 1982.
No está operativo como antes, porque ya desde hace varios años el aeropuerto principal de Malvinas es el que funciona en la enorme base militar ubicada unos cuantos kilómetros más adelante.
En los rostros de estos exsoldados que se quedan hasta este sábado, se notaba claramente la emoción -aún a flor de piel- de estar en ese lugar que les dio la bienvenida en el 82 con un intenso frío y un bravo viento cruzado.
Tras la casi interminable sesión de fotos y videos continuamos camino, aunque al regreso de nuestro nuevo destino final volverían -sin embargo- a tener una nueva ocasión de registrar al recordado aeropuerto desde otro ángulo.
Gustavo Lezcano