TREMENDO! Testimonio del Cabo abusado en Corrientes «Me humillaron, me pegaron y abusaron»

El Cabo correntino que fue víctima de maltratos y abusos en una Comisaría de San Francisco GTO por parte de sus superiores en la guardia, contó los hechos. Fue golpeado, esposado y abusado. Totalmente quebrado dijo: «Me quitaron las ganas de soñar y seguir avanzando. Hoy en mi cabeza, no hay lugar para seguir en la Policía». La causa está caratulada como vejámenes pero se intentará ampliar la imputación para incluir el abuso, anticipó el abogado Briend. El video de los hechos ha sido clave en la investigación.

En una nota exclusiva de Radio Dos, el Cabo Adrián (se preservará el apellido) contó los maltratos y abusos que sufrió por parte de dos efectivos. El hecho ocurrió el pasado 28 de marzo en la Comisaria de Juan Pujol, a 20 km de Monte Caseros. Los dos efectivos denunciados fueron pasados a disponibilidad y detenidos.

«Vivo amenazado y temo por mi vida. Me dijeron que si esto trascendía iba a ser fulminado», contó el joven de 31 años.

«Hoy estoy inseguro, temo por mi seguridad, por la de mi familia, porque más allá de que soy la víctima es la primera vez que me pasa esto, nunca lo viví anteriormente ya que estuve en el Ejército, tres años en Buenos Aires, y nunca me pasó nada por el estilo vine acá Corrientes, después estuve estudiando Profesorado de Economía y dejé para meterme a la Policía con un fin económico, con un fin de progresar y salir adelante y ya dos meses, tres meses de que estoy recibido, activo ya, me pasa esto y la verdad que es algo que día a día me atormenta», sostuvo. Añadió «nunca me lo esperaba que mis propios camaradas superiores que me hagan esto».

En su testimonio, Adrián relató lo que se pudo ver en el video que es clave en la causa: «Eso sucede en la instalación del Destacamento, en la parte de atrás, donde está la manguera sobre el tanque. Sucede el día jueves 28 yo me levanto de mi descanso y a esto me encuentro que el Oficial estaba ahí con el Sargento ingiriendo bebida alcohólica y estaban unos compañeros en forma de círculo. No participé de la bebida, no estaban participando estaban en una reunión, conversatorio de grupo y ya como le digo el Oficial me tenía al punto porque en diferentes guardias me hostigaba, me denigraba. Él me decía, «vos no te mereces estar en la institución, no sé por qué estás acá», me hablaba una o dos horas y buscaba que yo me quiebre. Me decía «si quiero te dejo preso 10 días a cumplir y yo sé que no vas a cumplir y te voy a meter un informe para echarte de la división del grupo».

Al ser consultado sobre si ese trato era solamente con él, Adrián afirmó: «Sí, porque con los demás era habitual que converse, se reía con mis compañeros y era todo tranquilo, pero yo le hacía un chiste con la intención de unirme al grupo y cambiaba el carácter directamente, ya ponía rígida la cara», describió.

El día de los abusos contra el Cabo, inicia por un pedido de Adrián de cambiar de guardia ante los constantes hostigamientos que venía padeciendo. «Este Oficial, que era el superior ahí en la guardia, me dice «¿qué le pasa? ¿Por qué se quiere cambiar guardia?» Y digo, me quiero cambiar guardia por el motivo de que no hay una afinidad concreta con ustedes, no me siento cómodo, y siempre es conmigo. Porque con lo demás todo bien, y siempre que pasa algo me busca la vuelta. A eso hace entrar, le llama toda la guardia completa y me dice, «ahora por su compañero que no se siente cómodo, se siente tenso, sus compañeros en esta semana van a ligar por ustedes, esta semana va a ser una semana dura, una semana tensa», y es como que buscaba que mis compañeros metieran bronca», detalló.

Abusos y maltratos sin parar

Sobre el día de los hechos, Adrián dijo: «No es fácil contarlo. Empieza el jueves 28, alrededor de las 18 de la tarde, me levanto de mi descanso y estaban todos ahí, y el Oficial me dice, «venga, siéntate acá», y le digo, no, no, gracias, gracias… y me dice, «no, venga, o si no lo busco». Estaban todos en círculo y había una silla entre los dos oficiales, había una silla libre, y yo me siento en el medio de los dos, y este Oficial me dice, «¿y? ¿Cuál es su problema? ¿Cuál es su problema? ¿Por qué no se integra a la guardia? ¿Cuál es tu inconveniente?». Continuó «A eso, bueno, se hace unos comentarios, sobre unos cursos básicos. El Sargento sale por atrás, cuando vuelve me mete un sopapo en la nuca, de la nada, repentinamente y yo me quedo ahí, aturdido. Y me dice, tenía que aprender a callar, no tenía que contestarle al Oficial, le digo, disculpe, pero se me está diciendo que responda. Y ahí, me da un segundo sopapo, y ahí yo me quedo aturdido directamente, y le miro al oficial, y el Oficial se me ríe en la cara. Le miro a mis compañeros, y quedaron todos ahí congelados. En ese momento que yo miro a mis compañeros, el Sargento se me pone de frente, y me empieza a gritar: «Nadie te va a defender», me dice, «vos tenías que aprender a sufrir. Te crees mejor que todos», no me creo mejor que nadie, le digo y ahí me sigue pegando sopapos, como cinco o seis, en eso que yo reacciono para levantarme con la impotencia, y me sujeta la mano contra la silla, y me queda sosteniendo ahí. A eso el oficial viene por atrás, me saca mi arma reglamentaria, pone en la mesa, después me saca las esposas, mis propias esposas, y me pone en la mano izquierda», fue uno de los pasajes de su duro relato.

«Ni me imaginaba lo que me esperaba, ni me imaginaba lo que me iba a pasar. Me privaron de mi libertad porque quedé sin poder defenderme. Y es donde ahí empiezan los forcejeos. El Sargento me baja el cierre, yo le digo, ¿qué hace? ¿qué hace? Espere, ¿qué hace? Y yo esposado con las manos, de un lado bien, pero el otro no estaba mal colocada la esposa, forcejeando con él, tratando de que no me meta la mano en la parte de mis testículos. Yo forcejeo con él y el oficial se me abalanza atrás y me hace una llave, una técnica de pelea, y me tira hacia atrás, en la cual yo pierdo equilibrio y pierdo oxígeno. Cuando yo pierdo el oxígeno, le cierro la mano al sargento. Y el sargento agarra, me baja el pantalón, me toca parte de los testículos, siento dolor, y me toca la parte inguinal», fue otro del cruento relato de Adrián.

El Cabo señaló que en todo momento le decía «vas a aprender sufrir, porque en un curso vos no vas a aguantar». Añadió «yo gritaba pedía auxilio, que no me hagan esto, llorando, gritando, pateando todo lo que podía pero inmóvil porque estaba esposado todo el tiempo».

En distintas partes de la entrevista, Adrián sostuvo: «Ojalá que nadie más pase esto porque me humillaron, me pagaron y abusaron».

Asimismo el Cabo confesó «cuando era chico fui abusado. Nunca lo conté para cuidar a mi mamá y el sometimiento que me estaban haciendo era volver a revivir lo que me pasó de chico».

«Me reventé estudiando. Todos nos merecemos la oportunidad de progresar pero me tocó vivir estas situaciones y esto nadie me lo quita», y añadió «lo que dicen que fue un bautismo de fuego, están equivocados. Eso no fue una bienvenida. Que te priven de tu libertad, no es un bautismo de bienvenida», dijo Adrián.

«Hoy, como le digo, mi cabeza vuela sufriendo todos los días. No duermo, no como directamente, me saca la gana de comer. Temo por mi seguridad que no me pase nada. ¿Qué veo para el futuro? Hoy en día no puedo decir nada porque me quitaron las ganas de soñar y seguir avanzando. Podría seguir, sí, a la policía capaz en algún momento. Pero hoy mi cabeza, para mí no hay lugar en la policía», expresó el joven.

Abogado Briend

Sobre los detalles judiciales, el abogado Briend explicó: «Las dos personas están detenidas y con la prisión preventiva confirmada por el Tribunal de Impugnación de Mercedes. Van a llegar al juicio detenidos, que es lo que corresponde. El tema de los abusos no está incluido todavía», indicó.

«Estamos hablando únicamente por ahora de este hecho. Pero sí me llama la atención, que estas personas están a cargo de un grupo especial. No es cualquier funcionario policial. Son los que los funcionarios de avanzada en cualquier operativo, como bien él lo declaró, imagínate el estado mental que tienen que tener estas personas a cargo por lo menos. Así que es bastante preocupante», aseveró el letrado.

Asimismo resaltó «el compromiso de la Jefatura de Policía y también del Ministro de Seguridad en tomar carta en el asunto. Y por eso es que rápidamente la División de Asuntos Internos está actuando respecto». Y confirmó «ambos perdieron el rango policial. Y ahora están sujetos a este sumario administrativo que entendemos que la única respuesta y solución tiene que ser la exoneración de la fuerza»

Briend destacó la valentía del Cabo en denunciar lo vivido, «por suerte él puede contar esta historia. Pero pudo haber sido peor y hubiésemos estado repitiendo los tantos casos que hay por todo el país de diversas fuerzas»

Corrientes: Continuarán detenidos los policías que abusaron y torturaron a un cabo

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