Con goles de Gastón Martirena, a quien le anularon otro, Adrián Martínez y Roger Martínez, la Academia derrotó 3-1 a Cruzeiro y festejó la obtención de un torneo internacional tras 36 años.
Con actitud, pero más que nada con fútbol, Racing venció a Cruzeiro 3-1 en la Nueva Olla de Asunción del Paraguay y se coronó campeón de la Copa Sudamericana 2024, tras una campaña espectacular, con un ataque contundente y una defensa que respondió cada vez que debió hacerlo.
Sufrió más de lo que debió, porque es Racing, pero festejó con locura, Como lo hizo Gustavo Costas, su entrenador y emblema, después del gol de Roger Martínez a los 50 minutos de la parte complementaria cuando Cruzeiro, sin muchas ideas, se venía.
Antes había jugado un gran primer tiempo, mostrando el poderío ofensivo que lo llevó a ser el equipo más goleador del certamen para sacar dos goles de ventaja, gracias a los tantos de Gastón Martirena y Adrián Martínez, una diferencia exigua por lo que se había visto en el campo de juego.
En el inicio del complemento apareció Kaio Jorge para achicar distancias y generar zozobras en la multitud que viajó a Paraguay y que hizo que sus jugadores se sintieran como en casa. Pero tras pocos sustos, llegó el gol de Roger y explotó el estadio en Asunción, y también el Cilindro de Avellaneda. Otra vez, como en la gesta del 2001.
Festejó merecidamente la Academia: jugó el fútbol que a todos les gusta y alcanzó un título que lo ubica como uno de los mejores equipos de esta parte del continente. Y ahora irá por la hazaña de llevarse la Liga Profesional de Fútbol. El desafío es grande pero soñar no cuesta nada.
Racing se hizo un festín en los 45 minutos iniciales. Se retiró al vestuario ganando 2-0 y pudo haber marcado aún más goles frente a un rival que nunca le encontró la vuelta al desarrollo y casi no inquietó el arco defendido por Gabriel Arias.
A los 3 minutos un pelotazo largo de Agustín García Basso para Maxi Salas terminó en un centro de este que fue a parar a Maravilla Martínez, quien habilitó a Martirena que con un disparo al primer palo marcó el primero. Sin embargo, la alegría duró poco ya que el VAR anuló la acción por un milimétrico offside de Salas.
Mientras Gustavo Costas se volvía loco en el banco protestando, sus conducidos mantuvieron la calma dentro del terreno de juego y cumpliendo con lo planificado: presionaron bien arriba y ahogaron al equipo brasileño que no podía salir de su campo y cuando lo lograba le devolvía el balón al equipo de Avellaneda.
Hubo que esperar hasta los 15 para que Martirena tuviese su revancha. Tras una serie de despejes fallidos de los jugadores brasileños el lateral recibió el balón por derecha y sacó un centro bombeado que le salió al arco y se le coló por arriba al lungo Cassio.
El 1-0 no hizo retroceder al conjunto blanquiceleste que siguió manejando los hilos del encuentro y a los 20 marcó el segundo, con la fórmula de aquel gol anulado en el inicio. Un pelotazo largo, esta vez de Santiago Sosa, dejó mano a mano con su marcador a Salas, que demolió a sus rivales cada vez que encaró por ese sector, y el delantero sacó un centro bajo y potente que encontró a Maravilla ganándole la espalda a su marcador para empujar la pelota a la red.
En el inicio del complemento se despertó Cruzeiro y a los 7 logró el descuento a través de Kaio Jorge, quien tomó el rebote de un cabezazo de él mismo rechazado por Arias y puso el 2-1. Enseguida arañó el empate Matheus Pereira ante un equipo académico que parecía cansado, producto del desgaste hecho en la primera mitad.
Pero Racing resistió ante un rival que nunca mostró la actitud del equipo argentino. Y en el epílogo, cuando los de Belo Horizonte lanzaban centros que rebotaban en el área del equipo argentino, Roger Martínez, en un contragolpe, definió como el bien sabe hacerlo y desató la locura.
Racing lo dio vuelta y con goles de Mura le ganó 2-1 a San Lorenzo