La relación entre Estados Unidos y Rusia a partir del 20 de enero genera mucha expectativa ya que, en reiteradas oportunidades, el político republicano aseguró que acabaría con la guerra en Ucrania “en 24 horas”
Vladimir Putin felicitó este jueves a Donald Trump por su triunfo en las elecciones presidenciales del martes y le manifestó su disposición a “reanudar el contacto” con Estados Unidos durante su gobierno. Hasta estas declaraciones, Putin no se había pronunciado respecto del proceso electoral estadounidense.
“Aprovecho esta oportunidad para felicitarlo”, dijo el mandatario ruso durante su intervención en el foro Valdai, en Sochi, a lo que sumó que “si alguien quiere reanudar el contacto (con Washington), no me molesta, yo estoy dispuesto”. A continuación, al ser consultado sobre sus expectativas por este nuevo mandato, Putin tomó distancia del empresario y apuntó que “no sé qué pasará, no tengo idea… para él es su último período presidencial y lo que haga será asunto suyo”.
De momento no se ha producido ninguna comunicación directa entre las partes, aunque desde el Gobierno ruso dijeron que esta instancia “no se descarta” y que Trump apuntó que “llamará a Putin antes de su investidura”, por lo que “ahí están sus palabras”. Asimismo, poco después, el político estadounidense sostuvo que “creo que hablaremos”, en referencia a su homólogo.
La relación entre Estados Unidos y Rusia genera gran expectativa, tanto en ambas sociedades como en la comunidad internacional en general, especialmente por las promesas del político republicano de acabar con la guerra en Ucrania “en 24 horas”, una vez asentado en la Casa Blanca. “Vamos a darle la vuelta a la situación. Hay que darle la vuelta, hay que darle la vuelta rápido y vamos a darle la vuelta. Lo haremos de todas las maneras posibles”, prometió sobre sus expectativas en este tema.
Para ello, estaría trabajando en un documento, el Plan Trump, que según pudo saber Infobae, se basa en cinco ejes básicos que contemplan una tregua inmediata en la que, en ese momento, el territorio bajo control ruso quedaría en manos de Putin mientras que, para el restante espacio de ambos lados, se delimitaría una línea de frente y se demarcaría una zona desmilitarizada de 1.000 kilómetros, controlada por una fuerza de paz sin intervención estadounidense.
Asimismo, Kiev abandonaría durante 20 años su proyecto de ingresar en la OTAN pero continuaría recibiendo armamento, logística y asistencia de Inteligencia de la Casa Blanca, al igual que los fondos necesarios para la reconstrucción del país.
Sin embargo, sus planes podrían ser un tanto ambiciosos y toparse con obstáculos, como por ejemplo, la postura del Kremlin en lo que respecta al conflicto y sus exigencias. “Evidentemente, fue en cierto modo una exageración cuando (Trump) dijo que lo hará (acabar con la guerra) en una noche”, dijo en las últimas horas el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov.
De todas formas, se refirió a los rumores de que Trump “tiene previsto proponer algo para la solución de la crisis ucraniana antes de su investidura” y aseguró, en una crítica hacia Joe Biden, que “si la nueva Administración logra la paz y la no continuación del conflicto, será mejor que su antecesora”.
El Kremlin también advirtió la víspera que su relación con Trump se verá influenciada por sus “acciones” desde el máximo cargo ejecutivo que, bajo la conducción de Biden, llevaron al vínculo “a su punto más bajo”.
“Sacaremos conclusiones basadas en pasos concretos y en palabras concretas. Nuestras condiciones (en la guerra) no han cambiado y son bien conocidas en Washington. No nos hacemos ilusiones sobre el presidente electo estadounidense”, indicó Peskov.
(Con información de AFP y EFE)