Macri ordenó suspender las negociaciones con el gobierno y exige un acuerdo público con Milei

La bancada de Ritondo evalúa abstenerse en la ley de DNU. «Sin nosotros y sin decretos, el Congreso puede ser un calvario para el gobierno», dicen en el PRO.

Mauricio Macri ordenó a sus diputados que suspendan cualquier negociación con el oficialismo en el Congreso, ante la sesión convocada por legisladores de las bancadas de Miguel Pichetto y Facundo Manes para tratar la reforma de la ley de DNU.

Fuentes del PRO dijeron a LPO que este jueves ganaba consenso la posibilidad de que la bancada liderada por Cristian Ritondo se abstenga en la votación del proyecto que puede limitar las facilidades de Javier Milei para gobernar por decreto. «Nos opusimos en su momento a la ley de Cristina Kirchner, tenemos fundamentos políticos para no apoyar esta vez», indicaron.

Esa postura inquieta a la Casa Rosada, que cuenta los días para que finalice el período de sesiones ordinarias sin más goles en contra. Desde que empezó a discutirse la iniciativa parlamentaria, Santiago Caputo se dedicó a pensar en la forma de alambrar el grupo de los «87 héroes» que defendieron el veto presidencial contra los jubilados.

Lo paradójico es que su mejor arma es el reloj para que no le quede margen a la oposición para la insistencia contra el veto, justo lo que quiere aprovechar Macri. Según su entorno, el ex Presidente instruyó a su tropa para que deje correr el tiempo.

Su explicación es que aún cuando los plazos den para que el Senado sancione antes que culmine el año parlamentario lo que apruebe la semana próxima Diputados, Milei apelaría al veto en los primeros días de diciembre. Así la discusión por la insistencia con la ley pasaría al 2025. Borrón y cuenta nueva, nada menos que en un año electoral, período en que el Congreso no suele ser prolífico en su trabajo.

Desde el PRO, deslizaron a LPO que Macri exige un «acuerdo público» entre su partido y La Libertad Avanza (LLA) de cara a las elecciones intermedias. Esa jugada debería concretarse durante el verano, bajo la amenaza de que el oficialismo se quede sin respaldo de la bancada amarilla si los libertarios no aceptan las condiciones de su aliado.

Esa postura inquieta a la Casa Rosada, que cuenta los días para que finalice el período de sesiones ordinarias sin más goles en contra. Desde que empezó a discutirse la iniciativa parlamentaria, Santiago Caputo se dedicó a pensar en la forma de alambrar el grupo de los «87 héroes» que defendieron el veto presidencial contra los jubilados.

Lo paradójico es que su mejor arma es el reloj para que no le quede margen a la oposición para la insistencia contra el veto, justo lo que quiere aprovechar Macri. Según su entorno, el ex Presidente instruyó a su tropa para que deje correr el tiempo.

 

Su explicación es que aún cuando los plazos den para que el Senado sancione antes que culmine el año parlamentario lo que apruebe la semana próxima Diputados, Milei apelaría al veto en los primeros días de diciembre. Así la discusión por la insistencia con la ley pasaría al 2025. Borrón y cuenta nueva, nada menos que en un año electoral, período en que el Congreso no suele ser prolífico en su trabajo.

Desde el PRO, deslizaron a LPO que Macri exige un «acuerdo público» entre su partido y La Libertad Avanza (LLA) de cara a las elecciones intermedias. Esa jugada debería concretarse durante el verano, bajo la amenaza de que el oficialismo se quede sin respaldo de la bancada amarilla si los libertarios no aceptan las condiciones de su aliado.

«Si nosotros seguimos apoyando como lo venimos haciendo, valemos cero pero, de esta forma, estamos avisando que el Congreso puede ser un calvario para Milei sin decretos y sin nosotros», argumentaron en un despacho del PRO.

La tensión entre Macri y los libertarios va en ascenso porque el gobierno atraviesa una incipiente algarabía por los indicadores de la macro y, en el elenco que rodea al Presidente, se fortalecen los que creen que el oficialismo puede sin el PRO. «El problema es la soberbia porque la verdad es que ellos saben que les conviene arreglar con nosotros», dicen los macristas.

En los pasillos del Congreso los macristas admiten que la negociación podría terminar resultando exitosa pero, si no se cumplieran los acuerdos o no cerrara la oferta de Balcarce 50 para las listas, «habrá guerra». «Lo que pasa es que nosotros somos muy hijos de puta y el gobierno haría bien en evitar que nosotros recordemos cuán hijos de puta somos», graficaron.

Cristina le advirtió a Milei que Macri y el poder económico lo van a usar como un «preservativo»

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