Hablan de la la ley más grande de la historia de EEUU. Pero a diferencia de Milei impulsa medidas para proteger la industria.
Donald Trump prepara un mega proyecto de ley que contiene los puntos fundamentales de los cuatro años de gestión que tendrá por delante en Estados Unidos. Se trata de una suerte de Ley de Urgente Consideración impulsada por Luis Lacalle Pou en Uruguay o la Ley de Bases de Milei, motivo que llevó a los libertarios a argumentar que el republicano está copiando la estrategia del presidente argentino.
El propio Milei se jactó en distintos actos que su ministro desrregulador Federico Sturzenegger había sido contactado por Elon Musk para aprender de su trabajo. El dueño de Tesla es además del principal respaldo de Trump el encargado de la nubosa oficina DOGE, que promete atacar la inmensa burocracia norteamericana con «recortes estilo Milei» para ahorrar al menos un trillón de dólares.
Como sea, la mega ley de Trump si tiene un punto de contacto con la iniciativa de Milei: la gradilocuencia. El republicano y el recientemente elegido presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson la definen como el proyecto de ley más grande en la historia de Estados Unidos.
El texto, según publicó Axios, propone una reordenación de impuestos, militarización de las fronteras, gasto y algunas regulaciones federales, entre otras medidas.
Ahora, cuando se lo mira más de cerca las diferencias de esta ley con la política económica ultra liberal de Milei son evidentes. De hecho, la iniciativa de Trump propone algunas políticas que implican un aumento del gasto, como el plan de deportaciones masivas y militarización de la frontera, que el republicano busca financiar con el aumento de aranceles, es decir una política típica de proteccionismo industrial estilo peronista.
Pero otra parte si coincide con el ideario de Milei. El proyecto favorece a los megamillonarios como Musk, anula la legislación laboral de la década del 60, cierra sindicatos y eliminar buena parte de los programas sociales, educativos, de género y sanitarios del gobierno de Joe Biden.
La gran duda es si Trump conseguirá pasar la ley por el Congreso o se empantanará en un proceso similar al que sufrió la Ley Bases, que terminó deshidratada.
La iniciativa también establece fuertes recortes de impuestos y desregulación energética, sobre todo de la explotación petrolera. Los recortes de impuestos agravaría el déficit de Estados Unidos que algunos economistas estiman en 7 puntos del PBI.
El desafío para Trump es mayúsculo porque nunca se puesto en debate un ley con semejante volumen donde cualquier margen de error puede propinarle una dura derrota política. Un anticipo de lo reñida que puede ser esta votación fue la electrizante elección del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
Por eso, algunos legisladores republicanos buscan partir esta mega ley en dos grandes paquetes: uno económico que contenga impuestos, recortes y energía y otro con los temas migratorios y de frontera.