Incendios en El Bolsón: el drama de tener que elegir qué salvar y los que resisten en sus casas hasta el final

  • En Loma del Medio, El Bolsón, muchos llevan electrodomésticos a casas de amigos.
  • Otros deciden cargar piletas, tanques de agua y quedarse a resistir en un día que se esperan fuertes ráfagas de viento que avivan las llamas.
  • El particular caso de los Testigos de Jehová en medio de la catástrofe

«¿Las gallinas las llevamos?». La caja de la camioneta en el barrio Amancay, de El BolsónRío Negro, ya tiene dos colchones parados contra un costado, bolsas de consorcio, alimento para animales. Adentro, van chicos. Es el segundo viaje de la familia Mayorga, que ya bajó a la ciudad una heladera, cocina y otros elementos de valor. El fuego acecha y desde las 10 de la mañana del domingo rige la orden de auto evacuación.

«EI COEM (Centro Operativo de Emergencia) informa a la comunidad en general que, ante la inminente posibilidad de incendios en Loma del Medio y los barrios del sector, se recomienda realizar una evacuación preventiva ANTES de las 10 horas del domingo 9«, reza la comunicación oficial.

En el décimo día consecutivo de incendio, el COEM aclara los barrios cercanos al casco urbano: «Desde el barrio Buena Vista hacia el sur y desde el barrio Buena Vista hacia el norte«.

Después de un sábado sin viento, donde la principal tarea fue regar y humedecer las propiedades, el domingo el clima se siente espeso.

No es por el humo que tapa el cerro Piltriquitrón e invade la ciudad, sino porque los vecinos empiezan a desesperarse por salvar electrodomésticos o cosas de valor, por temor al fuego.

La familia Mayorga carga todos los objetos de valor que puede en una camioneta para salvarlos del fuego. Foto Euge Neme

Mientras que otros prefieren mojar, desmalezar y hacer corta fuegos –talar los árboles cercanos a las viviendas–, para la tarde están anunciadas ráfagas de hasta 70 kilómetros por hora, lo que podría ser una catástrofe.

Todas acciones para resistir, lo que el pronóstico del clima anticipa como un domingo difícil a la tarde-noche, cuando aumentaría el viento. En la Loma del Medio, el lugar indicado para evacuar, la Policía de Río Negro controla de manera estricta el paso.

Solo camiones con agua y camionetas con tótems, como le llaman a las jaulas con tanques plásticos de 1.000 litros, que tienen un costo superior a los $ 100.000.

El tránsito va en aumento y levanta el polvo del camino de ripio. Algunos de los vecinos que se quedan a resistir, llevan heladeras o cocinas a casas de familiares y amigos pero no se mueven para salvar sus casas y para que no sean robadas.

«Es como una guardia», resume Rodrigo, de 46 años. Sin heladera o colchón para dormir, compran comida en una despensa cercana y esperan a que se terminen las jornadas de viento.

«Las cosas se estropean mucho con sacarlas y moverlas, la cocina, la heladera. Por eso a corto plazo no las vamos a traer, salvo lo elemental. Por ahí las traemos de vuelta recién en abril», comenta Miriam, de 32 años. En la puerta de su casa tiene un tótem de 1.000 litros vacío. Está encadenado a un poste porque hay robos y tiene un cartel elocuente: «Necesitamos agua».

El pedido desesperado de agua para armar reservorios antes de que llegue el fuego en El Bolsón. Foto Euge NemeEl pedido desesperado de agua para armar reservorios antes de que llegue el fuego en El Bolsón. Foto Euge Neme

Los camiones municipales de El Bolsón, los prestados de Bariloche, más los de los voluntarios llenan piletas pelopincho tótems que los vecinos usan de reservorio. «Del tótem de la puerta, con la bomba llenamos la pileta y resistimos a baldazos«, cuenta Miriam. Dejar la casa no es una opción, al menos hasta que el fuego no esté cerca, como hace dos años.

A las 12.38, el paso raudo y con la sirena prendida del camión del SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales) El BolsónRío Negro, genera más inquietud. Un foco llegó a la Loma del Medio y en el barrio Amancay los vecinos se apuran por cargar sus pertenencias en vehículos. Las corridas son intensas y crece el nerviosismo.

Paola Mayorga recibe la ayuda de su hija y la pareja. En el segundo viaje de la camioneta Nissan va repleto. Atan lo último con sogas, bajo un calor abrazador que alcanza los 30 grados, hay besos de despedida, abrazos y las miradas se pierden sobre la boscosa de la Loma del Medio.

El último nudo antes de salir con la camioneta cargada de La Loma del Medio en El Bolsón. Foto: Euge NemeEl último nudo antes de salir con la camioneta cargada de La Loma del Medio en El Bolsón. Foto: Euge Neme

En el camino de ripio, asoman trapos blancos para indicar que tienen sus reservorios vacíos. «Nos habían prometido ayer que iban a pasar con agua», cuenta una mujer mientras con exagerados ademanes llama la atención de un camión cisterna.

En un lenguaje de gestos, sin frenar la indica que está vacío pero volverá. Algunos cargan en el destacamento policial de Loma del Medio, donde se arman filas y hay personal de tránsito y otros bajan el río Quemquemtreu.

El Bolsón: los que resisten el incendio hasta el final

«Mi mamá dice que no se va, así que bajé a comprar los repuestos para arreglar generador», cuenta con apuro Pablo Fernández. Constructor, perdió todo con un incendio de interfase (el incendio forestal se desata en una zona rural), en Golondrinas, Chubut. Es una zona que conforma la Comarca Andina, a pocos kilómetros de El Bolsón.

La pileta de material funciona como reservorio. Le espera un rato para intentar arreglar el aparato que dará electricidad para usar la bomba. Saben que se cortará la luz cuando avance el incendio y quieren estar preparados para apagar el fuego.

A esa zona llega el agua de red, pero por la demanda sale apenas un hilo. Además de mojar, la otra alternativa es el corta fuegos. Una tarea es desmalezar los altos pastos secos y la otra es cortar los árboles más cercanos a las casas.

La desesperante búsqueda de agua en la Loma del Medio, El Bolsón ante los incendios. Foto: Euge NemeLa desesperante búsqueda de agua en la Loma del Medio, El Bolsón ante los incendios. Foto: Euge Neme

«Hace dos años nosotros cortamos los árboles acá cerca y no llegó el fuego. Nos salvamos», asegura Daniel, empleado del supermercado La Anónima, que en el domingo de su franco carga los troncos que corta hacia abajo para que no los agarre el fuego si llega a bajar de la montaña.

También temen por las cenizas que mueva el viento, que también encienden focos. Muchos adelantan que resistirán en sus casas hasta el final y se preparan para una tarde-noche de domingo con fuertes ráfagas de viento que avivarían las llamas y el avance del fuego de hasta nueve kilómetros en tres horas.

Un corta fuego casero en la Loma del Medio, para evitar el incendio que se pronostica voraz este domingo en El Bolsón. Foto:Euge NemeUn corta fuego casero en la Loma del Medio, para evitar el incendio que se pronostica voraz este domingo en El Bolsón. Foto:Euge Neme

La lucha de los Testigos de Jehová

Vestidos con chalecos, guantes, cascos con sus nombres en el frente y ropa de trabajo, tres hombres maniobran para estacionar dos camionetas de culata. Quieren que queden unidos los dos tótems de 1000 litros para pasar agua de uno a otro.

Con handies dan órdenes para soltar el agua y empapar una propiedad. El nivel de organización es mayor al de los voluntarios que colaboran para humedecer las viviendas. Forman parte de la comunidad de Testigos de Jehová de El Bolsón y tienen distintos tipos de equipos.

Los Testigos de Jehová se ayudan entre ellos en El Bolsón. Foto: Euge NemeLos Testigos de Jehová se ayudan entre ellos en El Bolsón. Foto: Euge Neme

«Tenemos cinco camionetas con tótems de agua. dos equipos que monitorean la tendencia del fuego y otros dos equipos de ocho personas listos para evacuación con camionetas», enumera Fernando Jaureguialzo (56), coordinador del grupo. La ayuda es para los vecinos afectados y que forman parte de la comunidad que llega a 75 personas.

Junto a Ricardo Rugli (53) y Sergio Toloza (52) descargaron 5.000 mil litros en varios viajes y se disponen a llevar 4.000 litros para la familia Aldea, más cerca de la entrada de El Bolsón y quienes profesan la misma religión.

Los Testigos de Jehová se ayudan entre ellos en El Bolsón. Foto: Euge NemeLos Testigos de Jehová se ayudan entre ellos en El Bolsón. Foto: Euge Neme

El movimiento de camionetas es incesante, al igual que el de camiones de bomberos y de brigadistas. Este domingo, el clima no permite el vuelo de aviones y helicópteros, lo que carga de angustia a los pobladores.

Clarín

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