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El club de Liniers sumó una nueva estrella en el fútbol argentino luego de una década. Para lograrlo, atravesó un camino lleno de espinas, que se transformó en uno de rosas en el cierre del 2024
Vélez Sarsfield logró consagrarse campeón de la Liga Profesional gracias a una temporada que lo tuvo brillando, pero a la vez desandando un camino de sufrimiento, dudas y matices que lo hicieron tambalear hasta la última fecha con Huracán, al que terminó venciendo con autoridad en Liniers. Hace apenas un año, el Fortín festejaba como un título haberse salvado del descenso en el José Amalfitani tras derrotar 3-1 a Colón. Aquel partido, que terminó con Sebastián Méndez en andas, fue el puntapié inicial para una reconstrucción total.
No fue un camino apacible para el conjunto de Liniers, que sumó su 12° estrella local, y debió atravesar senderos espinosos que estuvieron a punto de dejarlo fuera de carrera hacia el éxito. La reciente e inesperada derrota en la final de la Copa Argentina ante Central Córdoba que trajo aparejado un clima enrarecido con una pelea entre un puñado de hinchas y jugadores tras el partido en Santa Fe, pudo haber sido un golpe de nocaut para los de Gustavo Quinteros, que resistieron y terminaron festejando, abrazados como hermanos.
La línea de tiempo del cambio radical de Vélez se puede trazar a partir del 26 de febrero de 2023. Tras perder con Boca Juniors en Liniers, el Cacique Medina presentaba la renuncia como entrenador tras flojos resultados en el ámbito local, pero con una semifinal de Copa Libertadores (ante Flamengo) a cuestas. La llegada casi inmediata de Ricardo Gareca ilusionó a los hinchas con una lavada de cara, pero las derrotas golpearon duro nuevamente y el segundo ciclo del Tigre duró apenas 12 partidos (1 victoria, 7 empates y 4 caídas). “Nos contrataron para que el equipo mejorara, no para que empeorara”, fueron sus últimas palabras.
La incertidumbre en el barrio de Liniers era total. Si bien no se hablaba de la pelea por la permanencia, comenzaban las cuentas en la tabla anual y los promedios del siguiente año. Marcelo Bravo fue el comandante de un barco que necesitaba salir a flote urgente. El técnico de la Reserva hizo lo que pudo, pero luego cuatro partidos le dejó su lugar a Sebastián Méndez, quien se marchó de Unión en medio del torneo, generando un estallido en Santa Fe. “La decisión de estar en Vélez no tiene que ver con algo racional, sino del corazón”, expresó el Gallego al asumir.
El rumbo pareció enderezarse con cinco partidos sin caídas, a excepción de la eliminación en los penales ante San Martín de San Juan por Copa Argentina, pero un 0-1 en Parque Patricios frente a Huracán -rival directo- encendió nuevamente las alarmas y la barra brava se hizo presente en la Villa Olímpica agrediendo a algunos de los jugadores a la salida del predio. No se salvaron ni las joyas del club, Gianluca Prestianni y Santiago Castro, quienes luego emigraron para continuar con sus carreras en Europa.
Al comienzo de la Copa de la Liga 2023, Vélez tenía la misión imperiosa de sumar puntos para evitar un posible descenso a la Primera Nacional, algo que no ocurría desde 1940. Los resultados no acompañaron y la situación a medida que se acercaban las últimas fechas se hizo insostenible. Fuera de la cancha, los hinchas se agolpaban, enardecidos, contra las vallas que cercaban la sede de la Avenida Juan B. Justo, exigiendo a gritos la renuncia de Sergio Rapisarda, su comisión directiva, y hasta la del mánager e ídolo, Christian Bassedas. El Fortín era un volcán a punto de hacer erupción.
El 13 de noviembre de 2023, Fabián Berlanga fue proclamado como nuevo presidente en una elección récord para el club, a días de la “final” frente a Colón de Santa Fe para evitar caer en el descenso a la Primera Nacional. La victoria en Liniers ante el Sabalero (terminó perdiendo la categoría) generó un desahogo que meses después se convertiría en frustración tras la salida del “salvador” Gallego Méndez, quien decidió no continuar pese a la oferta de renovación.
Vélez salió en busca de un nuevo director técnico para afrontar otra temporada incómoda, ya que debía continuar sumando puntos para engrosar el flaco promedio (estaba solo por encima de Lanús y los equipos recién ascendidos como Riestra e Independiente Rivadavia). Encontró a Gustavo Quinteros, de exitoso paso por Colo Colo y con antecedentes en el Ascenso en la Argentina. La apuesta era grande, pero los resultados se verían lentamente.
Del plantel anterior quedaron algunas piezas clave que pelaron por no descender como Claudio Aquino, Braian Romero, Francisco Pizzini, Elías Gómez, Valentín Gómez, Christian Ordóñez, Joaquín García y Thiago Fernández. Se incorporaron los arqueros Tomás Marchiori y Randall Rodríguez; los defensores Emanuel Mammana, Aron Quirós y Agustín Lagos; los mediocampistas Agustín Bouzat y Jalil Elías y los delanteros Matías Pellegrini, Rodrigo Piñeiro y Michael Santos.
El comienzo de Quinteros en la Copa de la Liga 2024 en enero no fue para nada alentador. Un empate ante Barracas Central, derrota en Liniers ante Independiente y paliza en el Monumental frente a River Plate. El 0-5 dejó contra las cuerdas al Profesor, quien dejó una frase contundente que caló hondo: “Es un resultado que me da vergüenza. Este equipo se cae anímicamente ante la adversidad y es algo que debemos trabajar”.
Tras el mazazo en Núñez, Vélez acumuló nueve partidos sin perder (7 victorias y 2 empates), con clasificación agónica en la Copa Argentina ante Sportivo Las Parejas mediante. Sin embargo, llegó un nuevo golpe que generó un sismo interno. Tras el empate 0-0 ante Atlético Tucumán, en la madrugada del 3 de marzo se registró una denuncia por abuso sexual contra los futbolistas Sebastián Sosa, José Florentín, Braian Cufré y Abiel Osorio. La causa avanzó, los jugadores quedaron detenidos (luego recuperaron la libertad a la espera del juicio) y el club les rescindió el contrato.
Pasado el sacudón, el conjunto de la V Azulada se mostró unido, evitó hablar del tema puertas afuera y se concentró en la Copa de la Liga, donde alcanzó una inesperada clasificación a cuartos de final en la última fecha, gracias a la victoria en Mendoza ante Independiente Rivadavia y el empate entre Talleres e Independiente. Quedaron atrás Godoy Cruz y Argentinos Juniors y en la final de Santiago del Estero, frente a Estudiantes, Vélez sucumbió en los penales, pero dejó una imagen totalmente esperanzadora de cara al futuro.
Comenzaría una Liga Profesional de 27 fechas, con un calendario apretado por la Copa América, y con Racing, River, Boca, Estudiantes y Talleres “distraídos” con sus compromisos internacionales. Vélez tuvo algunos altibajos al inicio, pero se acomodó y consiguió una racha notable que marcó una diferencia con el resto. Fueron 12 partidos invicto (11 triunfos y un empate) contando las victorias ante San Lorenzo e Independiente por Copa Argentina. Además, el 5-0 ante Barracas le permitió subirse a la punta del campeonato, de la cual no volvió a caerse hasta el final.
El subidón se cortó en Rosario con un 0-3 ante Central, pero el equipo de Quinteros volvió a dar un golpe en la mesa al vencer 1-0 a Racing en el Amalfitani con un tanto agónico del goleador Braian Romero. Las dudas volvieron a aparecer luego del empate 1-1 frente a River en el Monumental, donde Elías Gómez insultó al entrenador tras un cambio. El lateral izquierdo fue castigado con dos partidos de suspensión y Vélez dejó escapar puntos ante Belgrano y Argentinos. A todo esto, los inmediatos perseguidores del Fortín aprovechaban para recortar distancias, pero no lograban pasar al líder. La seguidilla de empates (seis en siete partidos) inquietaba al hincha, pero la victoria épica 4-3 ante Boca en la Copa Argentina y el posterior triunfo ante Sarmiento volvieron a llevar calma por Liniers.
La fiesta parecía que iba a celebrarse en Santa Fe, ante Unión, pero el resultado no fue el esperado. Derrota 1-0 en la penúltima fecha ante el conjunto del Kily González con un gol en contra de Elías Gómez que le ponía más suspenso al campeonato, ya que tanto Huracán como Talleres ganaron luego sus partidos. El 11 de diciembre, un nuevo tropezón en el estadio 15 de Abril ante Central Córdoba puso a Vélez en otra situación incómoda a días de enfrentar al Globo.
Las lágrimas de los jugadores tras la amargura segundo puesto en la Copa Argentina causaron un efecto positivo antes de la “final” en el José Amalfitani. Y la tercera fue la vencida. En un marco excepcional, Vélez alejó los fantasmas y pudo disfrutar de un nuevo título luego de una década. La bronca acumulada de unos días atrás se transformó en una energía renovadora para el desahogo.
Vélez terminó siendo un justo campeón y los argumentos sobran. Encontró regularidad en un fútbol argentino parejo e impredecible, supo transitar con calma los momentos internos más duros, tiene un plantel de jugadores muy bien preparados desde lo físico y mental para sostener las presiones, goza del goleador del campeonato, Braian Romero, posee la mejor diferencia de goles y el mayor puntaje del año.
