Caso Umma: cómo un barbero, un boxeador y un empleado se convirtieron en asesinos

La banda de los “cuatro bandidos” que estaría detrás del brutal asesinato de Umma Aguilera, la hija de 9 años del custodio de la ministra Patricia Bullrich, tiene sus raíces en Villa Fiorito, la tierra de Diego Armando Maradona. Los delincuentes que mataron a la nena crecieron y vivían allí, en una zona donde la pobreza y la marginalidad juegan de local. Uno de los acusados trabajaba como barbero en una peluquería, otro soñaba con ser boxeador y el tercer mayor arrestado tenía un trabajo formal registrado hasta el año pasado.

La investigación por el caso avanzó rápido esta semana con evidencias que no dejan mucho margen de dudas: las imágenes de las cámaras de seguridad coinciden con la fisonomía de al menos tres de los cuatro detenidos hasta el momento y los resultados  de los allanamientos sumaron algunos indicios más. Entre ellos, el hallazgo de una campera blanca, roja y negra no muy común que llevaba puesta uno de los sospechosos al momento del hecho y un par de zapatillas –bien llamativas– que lucía otro de los arrestados.

Lo curioso es que los antecedentes delictivos de Axel “Pelusa” Rojas (20), Valentín “Barbero” García (22), Miguel “Patoto” Romero Molinas (20) y su hermano menor de edad no advierten una “peligrosidad” como en otros casos delictivos de esta gravedad. ¿Cómo se convirtieron en asesinos de un día para el otro?

Uno por uno. García, por ejemplo, tiene una causa por el delito de “robo agravado”, iniciada en el año 2021 por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 6 de Lomas de Zamora. Hasta mayo de 2022 trabajaba como barbero en un local de la localidad de Gerli. Parecía alejado del delito

“Patoto”, en cambio, vive en la calle General Núñez De Arce al 1600 y figura en dos expedientes judiciales distintos y por delitos menores: encubrimiento y hurto, ambos hechos ocurridos en la Ciudad de Buenos Aires. Amante de las motos, en su cuenta de Facebook –que cerró horas antes de ser detenido– solía mostrarse arriba de rodados tipo enduro. También tenía un costado deportivo: había entrenado boxeo y participado de algunas veladas en clubes de la zona.

A diferencia de otros delincuentes comunes, tenía una actividad laboral registrada: había trabajado para una empresa distribuidora de alimentos y bebidas de barrio Parque Avellaneda, en la Ciudad de Buenos Aires.

Pelusa, que para los investigadores sería el autor material del crimen de Umma, no registra detenciones ni antecedentes, pero como Patoto tiene antecedentes laborales: hasta enero del año pasado era empleado en una empresa de mantenimiento de instalaciones eléctricas.

Este joven fue el único de los sospechosos que abandonó el barrio buscando escapar del asedio policial: se refugió en un domicilio de la localidad bonaerense de San Pedro, donde finalmente este miércoles fue arrestado. Curiosamente, andaba a bordo de un Peugeot 206 gris con una curiosa leyenda en la cuneta trasera: capacidad máxima cuatro bandidos.

Por su parte, el chico de 17 años, el único integrante menor de la banda de Villa Fiorito, tiene su domicilio muy cerca de la casa de Maradona: sobre la calle Plumerillo, a unas diez cuadras de la cuna del Diez, y tan solo cuatro del potrero del club Estrella, donde el astro deslumbró desde que era un pichón.

Los investigadores no descartan la participación de un quinto hombre en el crimen: un joven apodado “Barrita” o Baltazar por el que están cruzando información para poder ubicarlo y ponerlo a disposición de la Justicia.

Este viernes 26 de enero Pelusa Rojas y Patoto Romero Molinas se negaron a declarar al ser indagados por el fiscal Pablo Rossi, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 18 de Lomas de Zamora. Para hoy está previsto que indaguen al único menor detenido por el caso (ver aparte).

Los acusados fueron imputados por los delitos de “robo agravado por el uso de arma de fuego (dos hechos) y homicidio criminis causa”. Según fuentes judiciales, tras la indagatoria, Pelusa y Patoto seguirán detenidos a disposición de la Justicia de Garantías.

El crimen. Umma fue baleada el lunes 22 de enero a las 8.48 de la mañana cuando se encontraba en la parte trasera de un Ford Ka en el que iban su papá, el efectivo de la Policía Federal (PFA) Eduardo Aguilera, y su mamá, María Rodríguez Álvarez, personal de la Superintendencia de División de Rastros de la PFA.

El rodado de los efectivos estaba sobre la vereda cuando un Toyota Corolla negro le interrumpió el paso y dos delincuentes bajaron armados con intenciones de robo. Aguilera aceleró con intenciones de huir, y los asaltantes dispararon hacia la parte trasera del vehículo.

La nena recibió un disparo en la nuca y otro en una de sus manos. Primero la llevaron de urgencia hasta el hospital Gandulfo y luego la derivaron en helicóptero al hospital Churruca, donde permaneció internada con pronóstico reservado hasta que finalmente falleció.

Indagan al menor

R.P.

El único menor que está detenido por su presunta participación en el asesinato de Umma Aguilera será indagado hoy por la justicia penal de Lomas de Zamora.

El acusado, cuyo rol en el hecho los investigadores buscan determinar, será llevado a declarar ante el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil (FRPJ) lomense.

El adolescente, y hermano de uno de los mayores detenidos, deberá declarar ante el fiscal Juan Ignacio Colazo de la UFI 2 del FRPJ.

Este jueves, la ministra Patricia Bullrich, al confirmar las detenciones de los dos últimos sospechosos –los hermanos de 20 y 17 años–, dijo en su cuenta en la red social X que buscaban a un “nuevo cómplice”.

“Vamos por él. Todos los responsables van a pagar por lo que hicieron”, afirmó.

Si bien inicialmente el fiscal había informado que los que actuaron fueron cuatro, a los que consideró copartícipes, desde la Justicia señalaron que se trabaja en la pista de un nuevo sospechoso, aunque no aclararon si es porque en realidad hubo cinco delincuentes en el hecho o porque alguno de los detenidos no tuvo participación directa.

Crimen de Umma: detuvieron a otro sospechoso

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