La división de la UCR ilusiona a libertarios y peronistas. Nombres en danza, internas por todos lados y el efecto Loan que complica al oficialismo.
Hay fecha: la interna interminable de la UCR de Corrientes se definirá antes de Navidad
Por César Pucheta
Además de marcar el fin de una sociedad política, la pelea entre Gustavo Valdés y Ricardo Colombi divide definitivamente el armado político que, con sus matices, gobierna Corrientes desde 2001. En gateras, el peronismo se frota las manos imaginando su regreso al poder y La Libertad Avanza sueña con pegar el zarpazo y en 2025 ganar su primera elección provincial.
Más allá de los intentos de Julián Galdeano, el interventor que envió el Comité Nacional de la UCR para destrabar la interna partidaria correntina, la ruptura entre el gobernador y su antecesor no tiene vuelta atrás. El debate se concentra en quién se lleva la parte mayor de la sociedad que nació bajo el nombre Encuentro por Corrientes y que fue mutando hacia Vamos Corrientes, la marca valdesista sobre el armado original de Colombi.
La prédica anticasta que erosiona a Gustavo Valdés
Más allá de la interna, hay un elemento que todos los analistas consideran central de cara a las elecciones que definirán quién sucederá a Valdés: el caso Loan, el chico de cinco años que lleva más de 155 días desaparecido. “Parece que la política dejó de hablar del tema, pero en la calle la preocupación continúa”, afirman quienes advierten en esa situación uno de los flancos débiles para el gobierno provincial. La situación, de hecho, fue una de las que hizo caer en las encuestas a los eventuales postulantes medidos por el oficialismo. Entre ellos, el propio hermano del gobernador.
Por abajo, la oposición se hace eco de esa situación, principalmente el mundo libertario que se sube al discurso anticasta de Javier Milei y apunta contra la cultura de la continuidad en el poder que casi siempre incomoda a los oficialismos. Colombi, tres veces gobernador y hoy senador provincial, tampoco queda demasiado cómodo en medio de ese relato.
Los amigos de Javier Milei
Más allá de que Valdés no es identificado como uno de los gobernadores abiertamente opositores a Milei, los amigos del mandatario se amontonan en la provincia y lanzan sus candidaturas en defensa de las ideas de la libertad. El diputado Lisandro Almirón fue bendecido la semana pasada con la visita de Karina Milei y Martín Menem. Cuenta con el apoyo de la presidenta del partido en Corrientes, su esposa Laura Marcoré, pero no es el único.
Desde el Club de La Libertad, Ricardo Caíto Leconte, que recibió a Milei en su primera salida política como Presidente fuera de la Ciudad de Buenos Aires, está anotado desde hacer rato como un potencial candidato por un frente liberal. De hecho, renunció al Partido Liberal al considerar un error la decisión de Eduardo Hardoy, que luego de reunirse con Valdés reafirmó su pertenencia al oficialismo.
En el sector de Leconte tampoco cae simpático Almirón, a quien le recriminan su pasado cercano al peronismo. Al estilo Milei, le dicen directamente “kirchnerista”. Otro de los que comparte esos señalamientos es Ezequiel “Teke” Romero, un joven libertario que fue candidato al Parlasur en 2023 y, alejado del armado oficial de La Libertad Avanza, también se anota para pelear por la gobernación
Más allá de los nombres puros, la política correntina también mira los coqueteos mileístas con el Encuentro Liberal de Pedro “Perucho” Cassani y espera un movimiento de uno de los dirigentes que se anota elección tras elección: el senador Camau Espínola, que llegó a su banca en las listas de Unión por la Patria y luego pegó el salto.
El peronismo, a la espera de definiciones
Camau fue apartado del peronismo correntino luego de su apoyo a la ley ómnibus y, más allá de algunas miradas más amables, parece no tener lugar dentro de un justicialismo que, por primera vez en mucho tiempo, tiene encaminado su proceso de normalización institucional, con cronograma incluido. «Para el kirchnerismo es un traidor y para los libertarios, un kuka», resume un observador punzante de la política provincial que no ve mucha escapatoria para el medallista olímpico.
El último gobernador peronista elegido en Corrientes fue Julio Romero, que asumió el 25 de mayo de 1973 y fue destituido luego del golpe de Estado de 1976. Luego, el partido se diluyó ante las alianzas electorales que marcaron el pulso del poder desde 1983. En el nuevo siglo, polarizó con el radicalismo sin lograr performances demasiado esperanzadoras. De hecho, en 2021, Fabián Ríos quedó a más 53 puntos de Valdés.
La crisis del oficialismo y el acomodamiento interno ubican al peronismo en un lugar más expectante. Más ordenado y con un puñado de referentes que se disputan la candidatura desde perfiles bien marcados.
Martín Ascúa, el intendente de Paso de los Libres, es uno de los anotados para pelear por el Sillón de Ferré desde el peronismo más clásico. Unos 260 kilómetros al norte, Emiliano Fernández Recalde también trabaja por una construcción más amplia que incluya al peronismo en un esquema de alianzas lo suficientemente fuerte como para dar vuelta la página en la historia política correntina.
Más identificado con el kirchnerismo y La Cámpora, también se para en ese lote de aspirantes el senador provincial José “Pitín” Aragón. El diputado provincial massista Germán Braillard viene recorriendo la provincia desde hace tiempo construyendo una de las referencias opositoras más claras al gobierno de Valdés.
Todo se resolverá con el horizonte puesto en el 9 de marzo, cuando la elección de autoridades del PJ local también empiece a definir las candidaturas que saldrán a la cancha buscando retomar senderos victoriosos en el Norte Grande.
Con información de LetraP