Lo hizo después del ataque de Irán contra Israel. «No más guerra, no más atentados, no más violencia. Sí al diálogo y a la paz», expresó el Pontífice.
El Papa Francisco pidió este domingo que no haya “más guerra, atentados y violencia” y abogó por el “diálogo y la paz” ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro. Así lo hizo horas después del ataque de Irán a Israel con drones y misiles, a la vez que dijo que «nadie debe amenazar la existencia de los demás».
«Todas las naciones deben ponerse del lado de la paz y ayudar a israelíes y palestinos a vivir en dos Estados, en seguridad. Es su deseo legítimo y es su derecho. No más guerra, no más atentados, no más violencia, sí al diálogo y sí a la paz», señaló el Pontífice.
En plena tensión internacional por una escalada del conflicto en Medio Oriente, tras el ataque de Teherán a Israel con cientos de drones y misiles de crucero lanzados en tres oleadas, el Papa Francisco realizó un «sentido» llamamiento a la paz y a la negociación desde la ventana del Palacio Apostólico.
Con los miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro, Francisco compartió su «preocupación y dolor» por las noticias que le llegaron acerca del «agravamiento» de la situación en Israel, «debido a la intervención de Irán». Y en ese sentido, reclamó “detener cualquier acción que pueda alimentar una espiral de violencia, con el riesgo de arrastrar a Medio Oriente a un conflicto bélico aún mayor».
En el rezo del Regina Caeli, comentando las lecturas del Evangelio del día, el Papa se refirió también a la importancia de «compartir la fe». Y luego advirtió: «Cada día somos bombardeados por mil mensajes. Muchos de ellos son superficiales e inútiles, otros revelan una curiosidad indiscreta o, peor aún, nacen de la murmuración y de la malicia. Son noticias que no sirven para nada, es más, hacen daño».
No obstante, señaló que también hay noticias «buenas, positivas y constructivas». En ese sentido, llamó a «compartir las realidades que, para bien o para mal» se ha experimentado en la vida y pueden ayudar a los demás.
Para el Pontífice, hay una cosa de la que a menudo cuesta hablar. «Es, paradójicamente, lo más hermoso que tenemos que contar: nuestro encuentro con Jesús. Cada uno de nosotros podría decir mucho a este respecto: no siendo un maestro para los demás, sino compartiendo los momentos únicos en los que percibimos al Señor vivo y cercano, en que encendió la alegría en nuestros corazones o secó nuestras lágrimas, en que transmitió confianza y consuelo, fuerza y entusiasmo, o perdón, ternura, paz», ha afirmado.
Según la mirada de Francisco, es importante compartir esto en la familia, en la comunidad y con los amigos. «Tratemos entonces de recordar, ahora, un momento fuerte de nuestra vida de fe, un encuentro decisivo con Jesús», pidió permaneciendo unos instantes en silencio, antes de introducir la oración mariana: «que la Virgen nos ayude a compartir nuestra fe para hacer de nuestras comunidades cada vez más lugares de encuentro con el Señor».