El economista ecuatoriano Juan Pablo Jaramillo explicó a LPO la dolarización «es un factor más» para el crecimiento del narcotráfico pero también destaca «la debilidad estatal» y la falta de control.
La crisis de seguridad en Ecuador provocada por el avance descontrolado del narcotráfico que este martes tomó las instalaciones de un canal de televisión es un golpe al corazón del proyecto de dolarización de Javier Milei.
El estado de guerra decretado por el presidente Daniel Noboa y apoyado por los principales dirigentes políticos del país, entre ellos, el ex jefe de estado y líder opositor Rafael Correa, se explica por muchas razones.
El retiro del estado de áreas claves se acentuó desde 2017 con el gobierno de Lenin Moreno que desarticuló la inteligencia militar y dejó a las Fuerzas Armadas sin capacidad de control de los estados con puertos desde donde se exporta la droga.
Esa debilidad estatal cuenta con otro componente explosivo que genera las condiciones para la instalaciones de los cárteles de droga: la dolarización. Desde el año 2000, el país sudamericano adoptó el modelo que reivindican los libertarios para frenar una crisis inflacionaria parecida a lo que hoy tiene Argentina.
Se resolvió la inflación pero aumentó la pobreza y la desocupación y ante el retiro del Estado comenzaron a armarse bandas narcos que terminaron siendo franquicias de los grandes carteles internacionales.
Una razón no menor de esa irrupción es que la dolarización hace imposible el control de divisas y el país se transforma en un paraíso para capitales golondrinas que financian el narcotráfico .
El analista económico ecuatoriano, Juan Pablo Jaramillo explicó a LPO que «la violencia es multicausal y claro que el narcotráfico es uno de los múltiples factores que aumentan la violencia. Ecuador está ubicado entre los dos productores de cocaína más grandes del mundo. Del 2015 al 2023 ha existido un aumento de la oferta en Latinoamérica y demanda de cocaína en Europa. Y desde el 2019 la institucionalidad estatal en Ecuador se viene debilitando sistemáticamente».
«Ante la guerra al narcotráfico que emprenden Colombia y Perú con mayor eficiencia al destruir más laboratorios de cocaína, el tráfico de la misma se traslada a Ecuador donde los controles son más precarios debido a la debilidad del Estado», agregó.
Sin embargo, el especialista también asegura que «la dolarización es uno más de los factores que hacen atractivo que las bandas criminales operen en Ecuador, porque hace que sea más sencillo lavar dólares».
«Pero si tenemos que decir cuál es la principal causa es la debilidad del Estado, las instituciones como la Policía, Fiscalía y Justicia fallan en Ecuador y ese es el incentivo más grande para que el narcotráfico opere en Ecuador», añadió.
Jaramillo sostuvo que «la economía dolarizada facilita el lavado de activos. Es curioso que en Ecuador el sector de más alto crecimiento fue el bancario en una economía que en términos reales tiene menor empleo formal que el de 2019».
Juan Pablo Jaramillo concluyó: «Ecuador está dolarizado desde el 2000, el problema de la violencia estaba estable hasta 2009 y se redujo hasta el 2019, a partir de ese año empieza a crecer a un ritmo acelerado y llegamos hoy a ser el país más peligroso de Sudamérica en el 2023. Para mi el principal factor es la debilidad estatal».
El lavado de activos es la segunda expresión del crimen organizado en el Ecuador, solo superado por el narcotráfico. Según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), Ecuador se convirtió en un centro de blanqueo de capitales y qué jurisdicciones son el hub de las economías criminales vinculadas con este delito.
El principal hallazgo es que el narcotráfico es la principal expresión del crimen organizado en Ecuador: con un 23% de incidencia, seguido del lavado de activos con un 17%, la corrupción en todas las instituciones del Estado con un 16%, el trafico de armas con 10% y finalmente el trafico de hidrocarburos relacionado al narcotráfico con el 9%, según señala el reporte.